jueves, mayo 27, 2004

Ya el sol del 25 viene asomando...

El martes último, como cada día feriado que tengo libre, me levante muy tarde, como a eso de las dos de la tarde para ser precisos. Reconozco que dormir tanto no es saludable, pero el sueño para mí es como una droga. Siempre digo que va a ser la última vez que holgazaneo tanto, pero cada vez que se me presenta una oportunidad, no la desaprovecho. Por suerte, Dios me puso en el camino una compañera, mi futura esposa, que me supo abrir los ojos y entonces, cada vez que podemos, hacemos un verdadero culto al sueño. (ahora que lo veo bien gordi, nuestras maratónicas tardes de domingos invernales que pasamos durmiendo no son tan en vano, con todo este asunto de la restricción de energía, no sabes la plata que estamos ahorrando...)

Como les decía, este feriado no fue la excepción. Me levanto, preparo café, unto un par de tostadas con manteca, abro el diario, y me dispongo a desayunar (sí, mi estimado lector, el hecho que yo me levante pasado el mediodía no significa que no pueda llamarle desayuno a lo que ingiero.) En este punto quiero detenerme un segundito y hacer un pequeño hincapié en algo, el diario que intentaba leer era La Nación, y digo “intentaba leer”, porque al parecer el editor responsable de este diario no piensa en las personas de clase media. Yo vivo en un departamento de dos ambientes y la cocina, si bien es larga, es bastante angostita, tratar de leer una nota de corrido requiere de toda una destreza digna de un contorsionista: Sostener con una mano el periódico doblado en cuatro, claro esta, porque si lo abro entero, ocupa mas espacio que mi living; la taza de café en la otra; la columna inclinada levemente hacia delante para no golpearse la cabeza con la plancha que está colgada detrás de la puerta; de tomar la tostada ni hablar y, como si fuera poco, ¡el artículo que está leyendo, continúa cuatro páginas más adelante, bien adentro del cuerpo del diario!!! Media pila muchachos, que el contenido es bueno, pero hay que facilitarle un poco las cosas al hombre medio...

Como esto se está haciendo muy largo y no quiero aburrirlo, voy a ir redondeando. Luego de mi pelea con el renombrado matutino me encontraba entre dos disyuntivas: Volver a acostarme, o mirar televisión. Como quería hacer algo por mi vida e intentar de ser menos vago, me puse a ver televisión. Acomodé mi osamenta en mi sillón preferido y me puse a practicar mi deporte preferido: El zapping. De los setenta y tantos de canales que tiene mi abono de cable, siempre muero en los mismos: El de dibujitos, el del fútbol, el noticiero y el canal de los argentinos (usted me entiende)

Es en este último que estaban transmitiendo el acto organizado por el gobierno por el 25 de Mayo (en realidad era para festejar el año de gestión de nuestro actual presidente, pero bueno, dejémoslo ahí...) Como les decía, estaba viendo la transmisión del acto y me llamó la atención la pluralidad de pensamiento por la que está atravesando nuestra sociedad. Sin duda alguna el festejo en sí fue un fiel reflejo de lo que estamos pasando. El acto lo abrió el payaso Piñón Fijo, lo siguió el bailarín Maximiliano Guerra con su show, y después se fueron sucediendo varios artistas, entre los que se encontraba el cubano Silvio Rodríguez, todo esto empapado de un fervor patrio, mezclado viejos anhelos universitarios de revolución Guevarista (realmente me causó simpatía ver a un hombre cantar el himno argentino, al lado de un granadero, agitando una bandera roja con la cara del Che Guevara)

Es linda esta pluralidad de pensamiento por la que estamos atravesando y espero a que salga algo bueno de esto, pero teniendo en cuenta la historia de esta cambiante sociedad, nunca se puede estar seguro, hoy es socialista y mañana comunista, ayer neoliberal y en un pasado, no muy lejano, medio facho, si se me permite la expresión... No obstante, hay una idea que me quedó rondando por la cabeza. No sé si fue producto de mi letargo, o con este acto se nos quiso transmitir algún tipo de mensaje subliminal: “Mientras nosotros estemos en el gobierno, ustedes van a seguir bailando al ritmo que les digamos, porque por más que se quejen, se seguirán bajando los pantalones, porque tan mal no estamos, sino, fíjense lo que les pasa a otros países, que nos vienen a cantar por la libertad acá, porque en su tierra le callan la boca..." Lo decía por el payaso, el bailarín, el rockero de bigote bicolor y al amigo que se le perdió el unicornio, vió?

MAJOFA®

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