viernes, julio 30, 2004

Pequeño Saltamontes

De chico siempre me gustaron las películas de artes marciales, pero no cualquier tipo de film, no, no; me gustaban aquellas bien berretas, de muy bajo costo, en la que el protagonista de 1.25 metros se peleaba con 325 chinos a la vez y encima les ganaba!!!!

No se dan una idea lo alterado que quedaba después de ver aquellas películas. Iba saltando de aquí para allá, pegándole a cualquier cosa, o persona, que se encontrara a mi alcance y cuya resistencia no fuera perjudicial para mi mano (era chico, pero no comía clavos)

Tal fue la obsesión, que mi pobre madre, harta de encontrar la casa llena de restos de telgopor, desechos de mis "partimientos de tablas", me llevó a un centro para que tomara clases. No se interiorizó demasiado en mi preferencia, ni mucho menos reparo en mi estilo de combate, solo se volcó por la opción más barata y cercana, ergo, terminé haciendo Tae-Kwon-Do con el coreano de la vuelta.

La clases eran bastantes aburridas y lo único parecido a las películas que yo miraba era el profesor - saborín- como se le dice, no mucho mas alto que el maestro Yoda de las Guerras de las galaxias...

Los meses transcurrieron y poco a poco mi entusiasmo inicial se fue apagando, hasta que terminé por abandonar las clases. Sinceramente no era lo que yo esperaba, mi espíritu siempre fue demasiado libre para atarlo a doctrinas, quería partir dientes y ahí no se me dejaba...
Pese a todo, guardo un profundo respeto por las artes marciales, es más, cada año me auto engaño diciendo que voy a empezar a practicar alguna; no digo retomar Tae-Kwon-Do, porque no va ya con mi físico, pero puedo buscar algo más acorde a mi realidad, no sé, Aki-Do o Sumo tal vez....

Como les decía, aún siento admiración por la doctrina oriental, me fascina el uso que hacen de la energía y como una persona pequeña, aplicando los movimientos adecuados, puede desarmar a un oponente que lo supera ampliamente en tamaño. Ellos hablan siempre de una fuerza interior que todos poseemos al que llaman "Ki".

No los quiero aburrir con largas explicaciones acerca del significado de esta palabra ya que ese no es el fin de esta nota, digamos que solamente que se trata de la fuerza vital que nos mantiene vivos. Todos somos poseedores de un "Ki" y solo tenemos que saber como liberarlo.

El concepto en sí no es fácil de entender, lleva años de estudio y práctica, pero después de mucho buscar, ayer por la noche puede entender su significado. Luego de una larga jornada laboral llegué a mi casa, junto con mi novia, abrimos la puerta del departamento y nos encontramos con un panorama desolador: La casa desordenada, las sillas rotas, el empapelado levantado, agua por doquier. ¿Quien había sido capaz de semejante destrozo? Alzamos la vista y allí estaba ella, mirándonos desde las sombras... Una figura negra como la noche y de mirada profunda nos estaba esperando...Sabía lo que había hecho y por eso no quería acercarse... Su "Ki" había sido librado como un terrible huracán, estaba cansada y temía tener que enfrentarse en esas condiciones a mi furia.

Me encolericé, sentí la fuerza en mi interior que bramaba por ser liberada, exigía justicia, pero calle sus gritos... Me di cuenta de la superioridad de me contrincante y entonces hice, lo que cualquier hombre de bien haría: Junté coraje, me arremangué, tomé pala y cepillos, y me puse a limpiar el desastre que mi perrita Luna había hecho...

Por eso, estimado lector, si no entiende lo que es esa fuerza vital a los que los orientales denominan "Ki", encierre a un cachorro de cinco meses en un departamento de dos ambientes por seis horas y después me cuenta...Va a ver como la más fantasiosa de las películas china, le parece un documental del National Geografic.

MAJOFA®
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Para mis amigos oficinistas, otro aporte para sus ratos de ocio cubis

viernes, julio 23, 2004

Dápidito y al paso

Cuando estudiaba ciencias económicas, una de las cosas que más me gustaba eda el madketing (sí estimado lectod, en mi vida he pdobado de todo, en lo que a estudio se defiede clado está, pedo, pese a destacadme en cada cosa que empezaba, me tuve que decidid pod algo, podque vida tengo una sola, y aquí me tienen. Ahoda solo me desta supedad mi complejo de supediodidad, pedo ya estoy tdabajando en ello con mi psicólogo)

Como les decía, el tema del madketing me fascinaba, es incdeíble como con una adecuada tadea los logdos pueden sed madavillosos. Un pdoducto mediocde, puede vendedse como el mejod del mundo, una empdesa chica o mediana, puede padeced un gigante multinacional, un empleado mediocde, puede llegad a empleado del año con una madketing pedsonal adecuado.

En esta vida, todo pasa pod la apadiencia. Lo impodtante, además de sedlo, es padecedlo, deza el defdán y nada más ciedto que ello. Pada sedles sincedo, he aplicado muchas veces en mi vida técnicas madketinedas pada llegad a la gente y me ha ido bastante bien, no obstante, hace un pad de días fui víctima de una expedta en la matedia.

Pense que esto de vended imagen eda innato de los humanos, pedo me equivoqué. Hace poco más de una semana, mi novia y yo entednecidos hasta el cadacú, compdamos la imagen de llevame a casa, necesito familia, estoy desampadada y soy buenita. Si leyó mi post antediod, sabe a lo que me defiedo...Bueno, esto que le conté decién, eda pudo madketing: Tdes esponjas, una cuchada de madeda, factudas de sedvicios vadias, envases de agua minedal y 300 litdos de echo en el balde, fue el costo que pague pod una buena publicidad y, pada colmo, el mismo padece seguid cdeciendo.

Pod eso Luna, mis felicitaciones, usted debedía sed CEO de alguna compañía, o asesod de imagen de algún político...

MAJOFA®

PD: No estoy desfdiado, ni boddacho, ni dodmido, simplemente no escdibo con "edde", podque Lunita me devodó esa tecla de mi teclado

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El rinconcito de las curiosidades

Para los más chicquitos y no tan chicos...

Quien no recuerda haber jugado a armar ciudades en cartulinas, o  grandes construcciones con los ladrillitos. Bueno, aquí les paso la dirección de un curiosos y entretenido site, para lo que tienen alma de ingenieros civilies: citycreator

jueves, julio 15, 2004

1+1=3

Antes de empezar quesiera, si me permiten, detenerme en dos cositas antes de continuar: En primer lugar, quisiera dar un cálido y cerrado abrazo a mi amigo del alma Esteban y decirle que siento mucho lo de su papá, ¡aquí estaré para lo que necesites amigazo!; en segundo lugar, quisiera dadisculparme con un amigo por no haberlo saludado en el día de su cumpleaños, mil disculpas "Armenio" y ¡muy feliz cumple! Sabés que este servidor es un desastre con los natalicios.

Ahora sí, podemos dar paso a la editorial de hoy...

La verdad que me vino bastante bien el feriadito que me tomé la semanita pasada. Estaba muy cansado y me cayó, como anillo al dedo, para tratar de recuperar un poco de energías.

En realidad eso de "recuperar energías" es metafórico, porque este fin de semana último, mi novia y yo, tuvimos la genial idea de armar una cena para que nuestras familias se conocieran. Resulta que dentro de muy poco nos estamos por casar y todavía, mi familia y la suya, no se habían visto las caras.

Por eso es que decidimos organizar algo para que se conocieran. La idea no era hacer nada especial, algo sencillo y sin demasiada complicación, algo para estar tranquilos y que pudiésemos disfrutar todos de la velada, algo como una paella...

Sí, una Paella quiso mi novia que hiciera, porque la mamá le había regalado una paellera y quería que estrenarla...Claro que la parte de estrenarla me la delegó a mí, y como yo tengo el sí fácil (gracias a Dios que no nací mujer), acepté.

Elaborar este plato requiere de toda una ceremonia que tiene que respetarse al dedillo para que los comensales queden satisfechos y contento el cocinero. Desde ya que una de las primeras cosas que hay que hacer es elegir correctamente los ingredientes. Los frutos del mar tienen que ser frescos, el pollo tierno, el arroz de primera calidad, y ni que hablar del azafrán. Por eso, es necesario tomarse bien el tiempo para elegir cada uno de ellos para asegurar el éxito.

La cena estaba organizada el sábado a la noche, motivo por el cuál, sábado por la mañana, estabamos rumbo al supermercado. Pese a que había sol, hacía mucho frío. Al llegar a la puerta del supermercado nos encontramos con un perrito negrito, atado a una reja con una soga precaria y una latita de duraznos abierta con agua. -Que desgraciado el que lo dejó afuera con este frío y sin saquito, dije-. -Me parece, gordo, que lo dejaron abandonado, mirá con la soguita que anda y ese tachito, respondió mi novia-

Como intuía por donde venía la mano, hice de cuenta que no había escuchado nada y, un poco a los empujones, invite a mi novia a pasar al supermercado. Estuvimos como una hora comprando, hablando de como sería la cena de esa noche, un poco ansiosos por como se llevarían las familias y cosas por el estilo. Como el incidente del perrito parecía estar condenado al olvido, intenté no hacer mención y le recé a todos los santos para que nuestras conjeturas no fueran ciertas y el pichicho no siguiera atado.

En resumidas cuentas, digamos que mi permiso para comunicarme con los santos se encuentra vencido. La adorable criatura seguía afuera, haciéndole fiesta a cuanta persona se le cruzara por el camino y nosotros no fuimos la excepción. Nos hizo la danza de la adopción, nos puso cara de "salven a las ballenas" y Vero, mi novia, compró el producto. -Es adorable gordi, mirá la cara de buenita que tiene (era un hembrita), no podemos dejarla acá, me dijo-. -De ninguna manera, le dije, yo ya tuve mascotas y me juré no volver a pasar por lo mismo. Es una responsabilidad muy grande, requieren de mucha atención y lamentablemente no disponemos de tiempo. Hay que sacarlos, darles de comer y estás siempre esclavos de ellos, continué diciendo-. -Prometo hacerme cargo de ella, dale gordí porfi, no podemos dejara acá, ya casi oscurece y estuvo todo el día acá solita, repitió mi novia-. -De ninguna manera, he dicho y es mi última palabra, así que vámonos que tengo que cocinar"..., respondí enérgicamente-

En fin, no quisiera quedar como un ogro en todo este relato, pero una mascotita requiere de mucha atención, dedicación y tiempo. No es para tomársela a la ligera, son casi personillas y deben ser tratadas como se merecen. Por eso, si me disculpan, me tengo que ir a pasear a Luna, mi bebe de cinco meses y cuatro patas, que adopté con mi novia el sábado pasado...

Bienvenida a casa Luna

MAJOFA®

PD: ¿Cómo salió la paella? Muy bien, gracias, todos muy contentos, un éxito rotundo. Ahora sí, no se bien que hacer con los dos kilos de arroz que me sobraron, es que todos estaban demasiado entretenidos con Lunita, como para probar bocado alguno...

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En nuestro rincón de las cosas raras, esta semana se la dedicamos al semanario de la revista Gente, que en su tapa aparece una nota titulada "crisis en el matrimio de Pampita", en donde se la ve a ella muy ligera de ropas, sonriente, abrazada a su marido...¿Cosa de locos, no?

jueves, julio 01, 2004

Estuve leyendo que hay un argentino, radicado en España, que escribió un cuentito infantil llamado “Neki, el pingüino de las Tierras Blancas”, inspirado en la figura de nuestro presidente, el señor Nestor Kirchner. Como su título lo indica, Neki, es un pingüinito del sur que responde al angustioso llamado de su pueblo y decide hacerse presidente para gobernar con justicia el destino de su país.

El cuentito narra también como hubo una época infame dónde unos siniestros personajes, las aves “genocidas”, asediaban a las personas y como un grupo de blancas palomitas luchaba por la verdad y libertad. La historia es bastante completita y no deja pasar por alto ningún tipo de detalle, como por ejemplo, las malvadas “aves rapaces”, que lo único que hacen es conspirar; la presión del águila imperial, etc.

Simpático y muy instructivo, ¿ no?. Sobre todo para que nuestros niños conozcan una parte de la historia de nuestro país, de manera objetiva y con fundamento histórico, por sobre todas las cosas... Bueno, como no podía ser menos, y sintiéndome alentado por la iniciativa del señor Carlos Clavero, autor de Neki (para mas información ver aquí), me decidí a colaborar, y en un gesto que bien podríamos calificar de “patriada”, escribí este simpático cuento:

Antzgertina, el país que no miramos

Había una vez, no hace mucho tiempo, un grupo de hormiguitas que vivían en un hormiguero muy, pero muy grande, próspero y rico. Como todos los animalitos, tenían sus pormenores, pero mal que mal subsistían.

Un buen día, el hormiguero se alborotó y echaron a la hormiga reina. No bien ocurrió esto, surgieron muchas hormigas reinas que reclamaban el trono y vivieron en medio del caos hasta que, del sur, llegó una hormiguita patagónica con aires de cambio que se hizo cargo del hormiguero. Al poco tiempo de asumir, el hormiguero comenzó llenarse de hormiguitas rojas, una especie que se creía en extinción. Fiel a su naturaleza, estas hormiguitas protestaban por todo y contra todos. Vivían picando a sus compañeritas y reclamaban por que les diesen alimento y reconocimiento social, eso si, de trabajar ni hablar.

Constantemente estaban impidiendo que el resto de la comunidad pudiera salir del hormiguero para ir a buscar comida y reparar las partes rotas del mismo. Las hormigas guardianas poco podían hacer, porque no había voluntad de las hormiguitas que estaban a cargo del poder, por cambiar la situación.

Muchas voces de alerta comenzaron a sonar dentro del hormiguero, reclamándole a la hormiguita patagónica, reina en funciones, que pusiera coto a la situación. El invierno se estaba por acercar y no habían podido cumplir con todas sus tareas.

El tiempo transcurrió sin cambios hasta que llegó el invierno. Con las primeras lluvias el hormiguero se inundó, porque los trabajos de reparación no se habían podido hacer. Con el esfuerzo de todas las hormiguitas sobrervivientes, excepto las coloradas que seguían protestando, claro esta, se pudo menguar la situación.

La temperatura comenzó a descender y el hambre se hizo presente. ¿Por qué? Por las hormiguitas no pudieron salir a recoger comidita ¿Por qué? Porque no las dejaron. Al principio, a las hormiguitas coloradas mucho no les preocupó la situación, porque ellas sí habían comido y mucho; lo mismo ocurrió con la hormiguita patagónica, que tenía la pancita llena por lo que había comido, en silencio, durante los últimos diez años en su zona de origen.

Lamentablemente, poco a poco, las hormiguitas se fueron muriendo y solo quedaron las coloradas y la hormiga reina. Cuando la comida comenzó a escasear, empezaron a pelearse entre ellas, ¡y a comerse entre ellas también!. La hormiga reina quiso poner orden, pero nadie la escuchó, ya era demasiado tarde...

Nadie se salvo. Todas murieron, víctimas de su propia desidia. A pocos metros había otros hormigueros, no tan prósperos, a lo mejor, pero que pudieron salir adelante, respetando la opinión del otro, en un contexto de comprensión, tolerancia y armonía; pero, por sobre todo, con madurez...

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado...

MAJOFA®

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En la sección de cosas raras, les acerco esta simpática página para que jueguen con una extraño ser un rato, haciéndolo caminar. Pero mejor, mírenlo por ustedes mismos www.sodaplay.com